¿CÓMO TENER SEXO CUANDO HAY VIH?

Como en toda enfermedad de transmisión sexual (ETS), el cuidado debe ser lo primero en la orden de la noche de encontronazos corporales. El Kamasutra y demás técnicas y encantos del sexo tienen que ser la segunda ocupación del buen amante que se jacte de serlo: bueno es el que, cauteloso y hasta sexy, desembolsa el condón para dar paso a una colisión memorable y segura.

Porque déjame decirte: el hombre que después de ejecutar un foreplay como todo un experto saca el preservativo de la chistera a un lado de su buró u otros rincones personales nos vuelve loquitas. “Este chico sí me sabe complacer, me cuida… y se cuida”, sin olvidar que las mujeres prevenidas valen su peso en oro y también estamos obligadas a cargar con ellos.

Sin embargo, las historias no son tan felices si de ETS se refiere y, tratándose de nuestro país, en México existen poco más de 176 mil casos reportados de contagio de VIH, cantidad registrada hasta septiembre de 2015, siendo los hombres quienes conforman la mayor incidencia de los hechos notificados con el 82%, según las cifras del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida (Censida). En fin, números más, números menos, la precaución ante el problema no se ha tomado en serio con todo y ese impacto social que hace tambalear, además, la estabilidad emocional de quien lo padece y quienes lo rodean, sobre todo la de su pareja.

No bastó con enterarnos de los múltiples casos en las épocas álgidas de la enfermedad: los años ochenta y hasta los noventa. Aunque nos pasmó y obligó a blindarnos con todas las medidas posibles a quienes vivimos la noticia de frente, las generaciones posteriores aflojaron el paso y se despreocuparon ante el problema. Sí, los avances están a su favor y ahora es controlable, pero aún no existe cura y sigue transmitiéndose el virus.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Mientras se pelea contra este mal y se descubren más posibilidades para encontrar el remedio, hoy nos referiremos a la práctica segura y plena de la sexualidad cuando alguno de los dos es seropositivo (portador del virus) para no contagiar a su compañero. Porque, querido, ni eso puede impedir entregarnos a las delicias de esta experiencia tan vital para todos.
Como sabes (aunque no está de más recordarte), las vías de contagio son a través de los fluidos sexuales –del hombre y la mujer segregados durante la relación sexual y después del orgasmo– y la sangre infectados con el virus que puedan estar en contacto con las áreas suaves y húmedas de la vagina, el recto, la boca y la punta del pene, así como en desgarres y heridas que tal vez haya en ellas. ¿Qué métodos hay que utilizar? (Aplicados, claro, en la prevención de otra ETS):
1. Las barreras de protección por excelencia son los condones, tanto masculinos como femeninos, en la práctica del sexo genital, el oral y por vía anal.
2. No hay que olvidar el lubricante con base de agua (nunca uses vaselinas ni cremas); un método infalible para que nuestro preservativo no se rompa.

3. Aunque los casos de transmisión por sexo oral son menos, debemos cuidarnos igualmente, ya que si hay encías sangrantes o heridas en otras partes de la boca, es posible que ahí entre cualquier fluido infectado de los que te mencioné. Para ello la opción es, además del condón en el pene, papel film (como en el que envuelven los alimentos) para cubrir la vagina y el ano.

4. La masturbación entre ambos también es un recurso viable y mucho más seguro; la abstinencia aún más, obviamente, pero éste no es nuestro caso, pues se trata de seguir disfrutando el sexo con todos los sentidos.

Si los dos integrantes son portadores de VIH, no por eso hay que bajar la guardia y ser menos conscientes, pues no se librarán de otros posibles padecimientos de transmisión sexual, como hepatitis, sífilis o herpes, que son más graves cuando se está infectado del virus. Más importante todavía: puede haber contagio de una cepa diferente al VIH, es decir, una nueva versión que sea más resistente a los medicamentos antirretrovirales.

En el caso que nos atañe, la experiencia sexual deber ser consensuada entre ambos, sin forzar a nadie. Si se llega al maravilloso acuerdo, con las medidas y la información necesarias, habrá la confianza de gozar sin miedos y con la total entrega que todas las parejas tienen derecho a vivir cada día.

Aunque estarás de acuerdo que todas estas prevenciones debemos realizarlas cualquiera de nosotros, sin importar las circunstancias ¿o no?

Sobre la autora (Liliana Rodríguez): estudió Ciencias de la Comunicación en la UNAM y le gusta editar revistas sobre cine, televisión y moda. Es amante de la buena ortografía. Por eso, hoy dedica gran parte de su tiempo a la corrección de estilo. Otros de sus grandes intereses son el sexo y los hombres… Y sí, le fascina escribir sobre ellos.

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